Ciudad de México.– ¡A nadie le está permitido permanecer ocioso!, la lucha por defender y promover la vida y la familia es una grande, comprometedora y magnífica empresa de la que mundo actual tiene una gran necesidad, y reclama hoy, con fuerza muy particular, nuestra acción.
Urge en todas partes rehacer el entramado social que respeta y defiende la dignidad de la persona humana, la vida, la familia y las libertades fundamentales.
Los provida debemos estar bien formados en las cuestiones de bioética, de Doctrina Social y conocedores del debate cultural sobre la vida, la antropología, el matrimonio y la familia.
Estamos llamados a ser minorías creativas para la promoción de la cultura de la vida y la familia en la sociedad. Y esa creatividad debe alcanzar el nivel de la política.
Todos y cada uno tenemos el derecho y el deber de participar en la política, si bien con diversidad y complementariedad de formas, niveles, tareas y responsabilidades. Como ciudadanos responsables tenemos la obligación básica de promover una amplia y efectiva participación política demandando a nuestros gobernantes que enfoquen su trabajo, interpretando las aspiraciones de la sociedad civil, al logro del bien común.
Si no comprometernos ha sido siempre algo inaceptable, el tiempo presente nos hace aún más culpables. No podemos permanecer indiferentes.
Todos servimos para algo, pero no servimos para todo. La palabra clave es "discernir" mi vocación personal en este trabajo de la defensa de la vida: oración, formación, servicio.
Tenemos que luchar por defender y promover la dignidad de la persona humana, la vida, la familia y las libertades fundamentales con un impulso renovado, con amor, con pasión misionera, con alegría y confiando en la ayuda de Dios
En este gran esfuerzo por una nueva cultura de la vida estamos sostenidos y animados por la confianza de quien sabe que el amor crece y produce frutos abundantes.
Es ciertamente enorme la desproporción que existe entre los medios, numerosos y potentes, con que cuentan quienes trabajan al servicio de la “cultura de la muerte” y los de que podemos disponer los promotores de una cultura de la vida y del amor.
Pero nosotros sabemos que podemos confiar en la ayuda de Dios, para quien nada es imposible. ¡No tengamos miedo!
Hoy terminamos esta serie de cápsulas sobre La cultura de la vida y sus desafíos, esperamos que hayan sido útiles para su formación.
Minuto de formación tratará ahora sobre la familia y la formación de valores humanos y cívicos.
Los invitamos a que permanezcan en el grupo en este esfuerzo formativo y que nos ayuden a difundirlo entre sus familiares y amigos enviándoles la invitación que pronto les compartiremos. Frente Nacional por la Familia. Minuto de formación V# 61
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