Cancún, Quintana Roo.— Diciembre tiempo en que se respira un ambiente festivo que refleja paz, concordia, armonía, amor y el deseo de reunirse en familia a celebrar y a vivir con fervor las posadas, Nochebuena y Navidad, fin e inicio de año.
Familias, vecino, comunidad se preparan a recibir en sus hogares y en sus corazones al Rey de reyes, Señor de señores, en el pesebre de sus corazones.
En colonias y fraccionamientos, en el centro y en los arrabales de las grandes ciudades y pueblos del mundo, comunidades urbanas o rurales, entonan villancicos en memoria de San José y Santa María que en su peregrinar, buscaban un lugar donde pudiera nacer su amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo.
Un ejemplo es la calle 88 a unas cuadras de la capilla Cristo Buen Pastor, en la región 221 en Cancún, donde se ha podido apreciar la felicidad de las familias preparándose a recibir en sus hogares y en sus corazones a Nuestro Señor Jesucristo.
En momentos cruciales por los que atraviesa el mundo, es tiempo de unirse fraternalmente en la convocación de bautizados que es el cuerpo místico de Cristo, con el Romano Pontífice, como cabeza visible en la tierra, que lucha por nuestra libertad de culto y de expresión, por la vida, la familia, el matrimonio heterosexual, el derecho de los padres a educar a sus hijos en una batalla que ya inició y no tiene para cuando terminar, de la que el pueblo saldrá adelante con “Oración, Acción y la Gracia Santificante, para evitar caer en desgracia”.
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