Konaté Hernández
 |
| María Victoria Chan Cahuich |
Noche fría,
iluminada por la luna llena;
en la soledad de mi habitación
añoro tu compañía.
Recordar tu grácil silueta
andar cadencioso por la playa,
ansiosa búsqueda de calor humano,
que irradia tu esbelto cuerpo
que al fusionarse a mi cuerpo
confundidos, se pierden en el horizonte
como la mar se une al cielo,
bajo la tenue luz de la luna.
Con nostalgia, siento tu semblanza,
iluminarme en la vastedad
de la noche perdidos,
aromatizas como delicada fragancia
que como las flores despides,
en el cálido verano de una noche
o en el frío invierno del crepúsculo.
Rosa purpurea,
rebozas en tu habitación:
amor, ternura y melancolía,
con nuestros pies
al borde del universo.
Recorrer el infinito ensordecedor,
extasiados, tomados de la mano,
llegar a lo recóndito, jadeantes,
en ardua jornada
encontrarnos frente a Dios.
Sedientos de loco amor,
divagar en el espacio del espíritu
con anhelante delirio
para nuestro enfermizo
deseo de amor.
Por ti, me muero.
Cancún, Quintana Roo, a 7 de noviembre de 2021
 |
| Desde el 20 de marzo de de 1993, vives en mi mente, en mi espíritu y en mi corazón |
Comentarios
Publicar un comentario