En el marco de la Jornada Mundial de las Misiones, la Iglesia está llamada a convertirse en misionera: “vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura” (Mc. 16,15,) un mandato que suscita el alma y motor de la Iglesia que es el Espíritu Santo a través de los Sacramentos instituidos por Nuestro Señor Jesucristo del Bautismo y la Confirmación a convertirse en misioneros.
Monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, Obispo Diócesis Cancún Chetumal |
Evangelio viviente y ambulante
Recomendó
orar, rezar por todos los misioneros del mundo que llevan con libertad y
eficacia la Palabra de Dios a los corazones. Pedir para que Dios envíe más
obreros a su mies, con perseverancia para que fecundice el mundo. Dar
testimonio de vida, entusiasmar a los
hombres a leer el Evangelio, encarnarlo en la propia vida y convertirse
en Evangelio viviente visible y ambulante en medio de la gente, de ahí que ejemplificó
como única, autentica eficaz la enseñanza del Evangelio; sin olvidar las obras
de misericordia a los necesitados con una predicación fuerte e indiscutible del
amor de Dios a los hombres, un signo claro de su amorosa presencia. Amar es
servir y auxiliar en sus necesidades, incluso a los enemigos, como un milagro
moral que da una señal clara a compartir la fe con los hermanos, sobre todo,
con los más cercanos, y fortalecer la esperanza de los demás con la enseñanza.
En el marco de la Jornada Mundial de las Misiones, agradeció por el don de la fe transmitida a lo largo de los siglos y a lo ancho de la tierra por tantos misioneros audaces y generosos. Este domingo somos invitados a convertirnos en misioneros del Evangelio: “vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura” (Mc. 16,15), un mandato misionero a cada uno de quienes recibieron el Bautismo, Confirmación, impulsados a la misión. Dijo que el alma y motor de la Iglesia es el Espíritu Santo que aviva el fuego con el amor a Cristo a su Iglesia, a las personas que tienen hambre de su Palabra, escuchar la voz del Papa, de una Iglesia en salida misionera, capaz de transformar todo, y convertir en el cauce adecuado a evangelizar y transformar en la medida que nos hagamos más misioneros a las costumbres, estilos, horarios, lenguaje y toda la estructura, concluyó Monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas.
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