El Espíritu Santo hace grandes misioneros

Monseñor con los jóvenes

Cancún, Quintana Roo, a 28 de de mayo de 2021.– La comunidad parroquial de la iglesia del Espíritu Santo en avenida los Tules del fraccionamiento Villas Otoch en Cancún, recibió la visita pastoral de Monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas.

Acompañado por el padre Raúl Rubén Díaz, en la asistencia de la celebración eucarística e impartir el sacramento de la Confirmación a jóvenes que tomaron la catequesis correspondiente.
Con el padre Raúl Rubén Díaz 

Durante su homilía, Monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, destacó que cuando llega el Espíritu Santo a los discípulos los hace grandes misioneros y apóstoles de la evangelización, ahí nace la Iglesia, Una, Santa, católica y Apostólica, misión que le corresponde al paráclito prometido. Recordó que el Espíritu Santo, estuvo presente desde la creación del mundo, cuando aleteaba sobre la faz de la tierra, “el espíritu de Dios aleteaba sobre las superficies de las aguas”. (Gen. 1,2); además de hacerse presente en profetas, reyes, en los elegidos del Señor. De ahí que en Pentecostés sigue manifestándose en grandes acontecimientos, en los documentos y en los papas. El espíritu del Señor sigue actuando poderosamente en su Iglesia. 

Esta festividad marca la diferencia para difundir los mensajes que llegan al corazón de los fieles bautizados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. De ahí que Pentecostés es la difusión sobre toda alma, creatura bautizada. Con el Espíritu crece la fe, esperanza y caridad, para comprender mejor las escrituras, aplicarlas la vida y poder compartir y transmitirla a los hermanos.
Como el Padre envió a su Hijo, el Hijo envía a sus discípulos a una misión y transformarlos en misioneros, e ir por el mundo a predicar el Evangelio. Una gran fuerza, un gran entusiasmo, alegría les enciende el corazón con llamas de fuego sobre sus cabezas, para encender sus espíritus y sus corazones con el fuego que los transforma para la misión, los prepara capacita para que ungidos sean enviados a predicar a toda nación.
Al terminar la Santa Misa, disfrutan de los festejos

Cuando el Espíritu Santo inunda el corazón, lo llena de una gran paz, de la paz como primer fruto, al dar su amor, alegría, bondad, benignidad, magnanimidad, dominio de sí. Donde hay paz, ahí está el Espíritu Santo,  donde hay alegría, donde hay bondad, amor grande, magnánimo y generoso, ahí está el Espíritu Santo para crear la unidad de los corazones, la comunión en la Iglesia y crear la Koinonia unidad, para formar un solo cuerpo, una sola alma, un solo corazón como la primitiva comunidad cristiana. Porque en medio de ellos y dentro de cada uno de ellos, estaba la presencia del Espíritu Santo que es el amor de Dios derramado en los corazones de los hombres, concluyó Monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas.






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