¡MISIONEROS VIRTUALES!

Mensaje dominical, 28 de marzo de 2021


1.
Agradezco de todo corazón a todos los misioneros católicos que en esta Semana Santa se han puesto en salida misionera a través de las redes sociales. La Iglesia no se puede frenar en tiempos de pandemia. Las puertas virtuales de la Iglesia permanecen abiertas. Muchos misioneros con gran valentía, generosidad, y creatividad comparten voluntariamente la Palabra de Dios con sus hermanos. Dios bendiga abundantemente a esos misioneros virtuales y a sus familias. La misión de los laicos en el servicio de la Evangelización es clave para el futuro de la fe. Ellos mejor que nadie, conocen la realidad y pueden mejor que nadie aplicar la Palabra de Dios a esa realidad. Ellos mejor que nadie, conocen el funcionamiento y el alcance de las redes sociales. Los fieles laicos mejor que nadie, pueden llegar a los alejados porque saben dónde están y los pueden atraer e a la fe a través de su testimonio. Si ellos no los atraen a la fe, no vendrán. Si ellos no los atraen a Dios, se quedarán alejados. Los fieles laicos de nuestra Diócesis han demostrado su fuerza y su convicción ante una propuesta de Ley contraria al Evangelio. Les felicitamos por su compromiso y esperamos que sigan sirviendo a la sociedad en esas realidades temporales donde viven: el matrimonio, la familia, la escuela, la comunidad, las redes sociales, la política, etc. Ahí está su vida y ahí es donde la Iglesia a través de ellos debe servir a la sociedad.

2. La Iglesia existe parar servir, sobre todo a los más necesitados, a los lastimados, que están a la vera del camino como el hombre del Evangelio que cayó en manos de ladrones y lo dejaron medio muerto. La Iglesia es la buena samaritana que se compadece de ese hombre tirado, golpeado y abandonado. La Iglesia existe para compadecerse, acercarse, ungir con aceite y vino, cargar en sus brazos y cuidar de ese hombre enfermo. La Iglesia sirve dando el consuelo del sentido de la existencia, dando luz a los extraviados, dando misericordia a los pecadores, dando paz a las almas, reforzando los valores de la familia, dando la certeza y la esperanza que necesitamos en momentos difíciles. 

3. La Iglesia está para servir y ustedes los laicos son las manos de la Iglesia. La Iglesia está para evangelizar y ustedes son la lengua de la Iglesia. La Iglesia está para salir y ustedes son los pies del mensajero que lleva buenas noticias. Gracias por participar de este servicio desinteresado. Gracias por ser protagonistas sin protagonismos. No están solos en esta misión. Todo el poder de Jesucristo está con ustedes. El mandato misionero está con ustedes, la presencia y la compañía de Cristo siempre estará con ustedes. No van en nombre propio, van en nombre de Cristo. No van a enseñar su propia enseñanza sino la enseñanza de Cristo. Van a ser los milagros de Cristo. Y van a ser discípulos de Cristo a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

+ Monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas

Obispo de la Diócesis de Cancún-Chetumal

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