Una devoción que perdura

Inamovibles San Joaquín y Santa Ana de Bacalar  

Inconsciente Sacrílego arrepentido confiesa su acción

(Foto de archivo 2019)

Bacalar, Quintana Roo, a 25 de julio 2021.— Con gran devoción la comunidad, gremios, movimientos eclesiales, manifiestan su fe a los padres de María Santísima, San Joaquín y Santa Ana patronos de Bacalar, indicó don Ángel Escalante Díaz. 

Del 18 al 26 de julio es el periodo del novenario organizado por gremios apostolados de la parroquia ubicada en la avenida 7 número 205, de esta demarcación municipal, precisó.

Don Ángel Escalante Díaz, explicó cuando los mayas rebeldes durante la guerra de castas tomaron Bacalar en 1848, según las anécdotas de su abuelo, quemaron la iglesia, que quedo sepultada entre escombros del colapsado techo. Uno de los jefes mayas descubrió que entre las cenizas estaba la imagen en perfectas condiciones y ordenó a sus inferiores cargar al “santito” que le gustó para llevarlo a Chunpom, pero por más esfuerzo que hicieron no lo pudieron levantar, pues parecía que estaba pegado al suelo, ante tal situación, el jefe maya se encaró con la imagen diciéndole, —¿Con que te niegas a abandonar este lugar? —, pues te llevaré aunque sea en pedazos —, pero al levantar el machete le dio un fuerte golpe que le desprendió el brazo derecho con el que sostenía el bastón, en tanto que el machete al instante se rompió en tres pedazos y el agresor murió súbitamente envuelto en su sangre como si se hubiera herido; los subalternos corrieron desenfrenados y atemorizados.
(Foto de archivo 2019)

Corría dos versiones antagónicas sobre la imagen milagrosa de San Joaquín: unos expresaban que la existencia de la imagen era pura fantasía; otros decían que sí existía y que al observarla sentían la presencia de algo divino en los inicios de los años 40 por el Territorio de Quintana Roo y Corozal. Cierto día el fotógrafo Karin Hall de este ultimo poblado, trató deshacer entuertos y despejar dudas. En 1942, estando San Joaquín en su casa, donde la fotografió, de ahí que abrazándola, colocó la imagen sobre una mesita junto a una albarrada, le quitó su bastón y lo depositó sobre las piedras. Al terminar su trabajo, la devolvió a su altar y, al cruzar la calle que era como de diez metros de ancho, empezó a sentirla pasada y con dificultad logró llevarla hasta la puerta., se cuestionó —¿Qué pasará con  la imagen? de pronto la he sentido pesada — a cuya respuesta —¿Qué no se ha dado cuenta de que le falta su bastón?—

Época difícil de predicación

(Foto de archivo 2019)

Según anécdotas, el padre Francisco Palau, quien atendía la iglesia de san José en Payo Obispo, hoy (Sagrado Corazón), solía frecuentar Bacalar y sus alrededores a vender mercancía en una lanchita. Sucedió que en cierta ocasión visitó el altar de San Joaquín y al ver imagen chamuscada con un brazo roto; pensó llevar a Payo Obispo, cosa que no pudo hacer porque se descompuso el motor de su lancha, que logró arreglar al cabo de cuatro días. Listo el motor, colocó la imagen en el vehículo que en vez de avanzar, dio una voltereta que dañó su mercancía. Entonces el padre se dirigió a la imagen: —Está bien, Joaquinito, si no quieres ir a Payo Obispo, no es para que me hagas tanto desastre —. El padre huyó de Bacalar y de Payo Obispo, y no volvió jamás, amenazado de muerte por predicar el Evangelio de Jesús, en tiempos difíciles.

La fecha correcta de esta devoción según el calendario romano es el 26 de julio, pero la población lo hacia el 16 de agosto, en recuerdo de la noche de 1945, cuando se celebró por vez primera en la iglesia reconstruida después de años de abandono por un motivo histórico arraigado en Quintana Roo: pues resulta que en Bacalar se sintió con fuerza, durante los años 30.s, una terrible sequía, por lo que recurrieron a San Joaquín para pedirle con mucha fe cesara esa calamidad, pues sabían que era poderoso: siendo esposo de Santa Ana, padre de la Virgen María y abuelo de Nuestro Señor Jesucristo, podía fácilmente interceder por nosotros ante el Todopoderoso para enviar las lluvias, así fue como el pueblo tomó en cuenta estos dos hechos; allá por 1937 sólo había asentadas 10 familias en Bacalar. 

Zapatero a tus zapatos

El 15 de julio de 1991, la imagen de San Joaquín fue víctima de un atentado, de un sacrílego zapatero remendón, que vivía cerca del panteón, al introducirse a la parroquia a las tres de la tarde en estado de ebriedad, con furia diabólica jaló de su nicho las tres imágenes de cuerpo entero: San Joaquín, Santa Ana y la Virgen María representada en su niñez, las dos últimas imágenes se hicieron añicos, mientras la de San Joaquín quedó ilesa a pesar del fuerte impacto al caer al piso. Arrepentido de su acción, confesó que lo hizo de forma inconsciente.

De 95 años de edad, don Ángel Escalante Díaz, es originario de Agua Blanca, Quintana Roo. Nació el 2 de agosto de 1910, vecino de Bacalar desde 1937. Hombre profundamente religioso, conoció la historia de San Joaquín en 1928 y se embarcó de Huay Pix para dirigirse a Bacalar, donde fincó su hogar al lado de su esposa doña Micaela Carrillo Ongay, concluyó. (Publicado en la edición de agosto de 2019, Año XII – 147, del periódico de la Diócesis Cancún Chetumal, Sagrada Familia).


 

(Foto de archivo 2019)

(Foto de archivo 2019)

(Foto de archivo 2019)

(Foto de archivo 2019)

(Foto de archivo 2019)







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